Agotando Saint Sulpice
George Perec, el inimitable escritor nacido en Paris, en su esfuerzo por describir las cosas que no vale la pena contar, lo que ocurre cuando no ocurre nada, trató de censar y enumerar cuanto existía o pasaba o sucedía en la plaza de Saint Sulpice. Todo ello acabó plasmado en la publicación, en 1975, de Tentativa de agotamiento de un lugar parisino.
Perec ideó el proyecto de plasmar algunos parajes de la capital gala a lo largo del tiempo para mostrar, no solamente su evolución, sino también como se modifica nuestra percepción de los recuerdos en la memoria, era la Tentative de description de quelques lieux parisins, o simplemente Lieux. En su manera de planificar metódicamente un proyecto planeó visitar doce lugares, liés à de souvenirs, à des événements ou à des moments importants de mon existence, (unidos a recuerdos, sucesos o momentos importantes de mi existencia) de los que haría dos descripciones. La primera con la forma de un trabajo de campo sobre el terreno anotando detalles, escenas, gentes… La segunda descripción la realizaría de memoria con el propósito de constatar la diferencia entre la percepción de la realidad y las impresiones en forma de recuerdos. Este esquema debería repetirse durante una docena de años, entre 1969 y 1981, generando en total 288 textos. En la obra autobiográfica Je suis né reconocería que n’ai pas une idée très claire du résultat, mais je pense qu’on y verra tout à la fois le vieillissement des lieux, le vieillissement de mon écriture, le vieillissement de mon souvenirs: le temps retrouvé se confond avec le temps perdu. (No tengo una idea muy clara del resultado, pero creo que vamos a ver a la vez el envejecimiento de los lugares, el envejecimiento de mi escritura, el envejecimiento de mis recuerdos: el tiempo reencontrado se confunde con el tiempo perdido.) Sin embargo en 1975 ya había abandonado el proyecto. Este se limitó a los textos publicados, tras su muerte, en el libro L’Infra-ordinaire, donde recoge las visitas que hizo a la rue Vilin, en el barrio de Belleville, entre 1969 y 1975. Es en ese periodo, en 1974, cuando toma las notas de la plaza de Saint Sulpice. Redunda en la concepción de la idea en el prólogo de L’Infra-ordinaire y lo anticipa en un fragmento de Un homme qui dort, de 1967: De la terrasse d’un café, asis en face d’un demi de bière ou d’un café noir, tu regardes la rue. Des voitures particulières, des taxis, des camionnettes, des autobus, des motocyclettes, des vélomoteurs passent, en groupes compacts que de rares et brèves accalmies séparent: les reflets lointains des feux qui règlent la circulation… (Desde la terraza de una cafetería, sentado enfrente de una caña de cerveza o de un café solo, miras la calle. Los coches, los taxis, las camionetas, los autobuses, las motocicletas que pasan en grupos compactos que separan raros y breves instantes de calma: los reflejos lejanos de los semáforos que regulan la circulación…)
Perec se centra particularmente en las cosas y sucesos anodinos, en la vida en sus aspectos más cotidianos y, a causa de su naturalidad, imperceptibles. Insiste en aquello que pasa cuando no pasa nada: Les journaux parlent de tout, sauf du journalier ( ) Ce qui se passe vraiment, ce que nous vivons, le reste, tout le reste, où est il? (La prensa diaria habla de todo menos del día a día ( ) lo que realmente ocurre, lo que vivimos, lo demás, todo lo demás ¿dónde está?) (L’Infra-ordinaire), Il faut y aller plus doucement, presque bêtement. Se forcer à écrire ce qui n’a pas d’intérêt, ce qui est le plus évident, le plus commun, le plus terne (Hay que ir más despacio, casi torpemente. Obligarse a escribir sobre lo que no tiene interés, lo que es más evidente, lo más común, lo más apagado) (Espèces d’espaces).
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© J.L.Nicolas