El Diente de Buda

05.09.2013 17:56

Cuando Siddhartha Gautama acabó su ciclo de reencarnaciones a causa de una intoxicación gástrica, unos 486 años antes de que lo hiciera Cristo, su cuerpo fue incinerado con madera de sándalo junto al rio Chotta Gandak, en Kushinara, en el actual estado de Uttar Pradesh, en India.

Se cuenta que acabada la ceremonia de la cremación, ocho reliquias de su cuerpo se distribuyeron por el orbe budista y fueron depositadas en diversos templos y monumentos construidos para tal fin. Una de estas reliquias fue el canino izquierdo, del que se cuenta que un monje lo entregó al rey Brahmadatte, para que fuera venerada. La reliquia fue depositada en Dantapuri, Orissa.

Ocho siglos más tarde las luchas internas en el reino de Kalinga, donde se conservaba, aconsejaron su traslado para protegerla. El príncipe Dhantha y su consorte la princesa Hemamali, quien ocultó el canino entre su peinado, embarcaron en la desembocadura del Ganges, en Tamralipti y llegaron al puerto cingalés de Lankapattama durante el reinado de Siri Meghavanna. El rey ordenó construir un templo, el Meghagiri Vihara, en la entonces capital Anuradhapura.

La reliquia se consideró siempre vinculada al poder real. Así, con el desplazamiento, por motivos políticos o militares, de la capital del reino, esta también viajó sucesivamente de Anuradhapura a Polonnaruwa, Dambadeniya, Beligala y Yapahuwa, hasta que sobre el año 1280 el general indio Aryacakravarti invadió la isla e incluyó la reliquia como parte del botín del saqueo. Una década más tarde el rey cingalés Parakramabahu II obtuvo su devolución y el canino fue guardado primero en Kurunegala y posteriormente en Kotte, junto a la actual capital, Colombo.

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© J.L.Nicolas

 

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