El Dublín de Joyce
Cada dieciséis de junio un grupo de tipos raros inicia un largo paseo por las calles de Dublín. Se supone que ya han desayunado. Se supone que riñón de cerdo frito en mantequilla con un pellizco de pimienta negra. El periplo empieza en un portal de Eccles Street, al norte del río Liffey. En la puerta del edificio georgiano una placa recuerda que fue domicilio de los Bloom, allí donde, en el capítulo final, se desarrolla el soliloquio de Molly Bloom. Otra placa indica que es una consulta médica. Aún una tercera placa reproduce el párrafo en el que se menciona el lugar: “At the housesteps of the 4th of the equidifferent uneven numbers, number 7 Eccles St., he inserted his hand mechanically into the back pocket of his trousers to obtain his latchkey”. ("En los escalones del cuarto de los números desiguales equidiferentes, número 7 Eccles St., insertó su mano mecánicamente en el bolsillo trasero de sus pantalones para obtener su llave"). Resumiendo: celebran el Bloomsday, el día en que, en 1904, sucede la acción en la novela Ulysses, de James Joyce.
Pueden proseguir por Dorset Street, cerca, en el 35 de North Great George’s Street está la sede del James Joyce Centre. A pesar de que el autor jamás habitó este edificio si lo hizo el profesor Denis Maginni, conocido personaje dublinés de la época, quien dirigía aquí una escuela de danza y que aparece en el capítulo de las Rocas Errantes: “silk hat, slate frockcoat with silk facings, white kerchief tie, tight lavender trousers, canary gloves and pointed patent boots”. (“Sombrero de copa, levita de color pizarra con adornos de seda, corbata blanca, pantalones ajustados de color lavanda, guantes de canario y botas de punta”). Más al oeste, en Parnell Square North está el Museo de los Escritores. Luego, para descender en dirección al centro lo más directo es tomar la amplia O’Connell Street. A lo largo de esta se erige toda una retahíla de estatuas de prohombres de la patria, empezando por Charles Stewart Parnell, fundador del Irish Parliamentary Party. En el cruce de Henry y Earl Street North se instaló en 2003 The Spire, una enorme y brillante aguja de 120 metros de altura que se clava en el cielo. En el mismo cruce, a pocos pasos, está la estatua de bronce que representa a Joyce. Luego sigue la estatua de Jim Larkin arengando a las masas, aunque actualmente las masas pasen bajo su sentido gesto sin levantar siquiera la mirada. El siguiente cruce se lo disputan Sir John Gray y William Smith O’Brien, quienes fueron miembros nacionalistas en el parlamento británico. Como Daniel O’Connell, quien da nombre a la calle, al puente y tiene su estatua en esa encrucijada. Una paloma suele habitar sobre su cabeza.
Curiosamente el apego literario de Joyce por su ciudad natal fluyó paralelo al rechazo vital que experimentó por esta. Joyce abandonó Dublín por Roma, Trieste, París y Zúrich, sucesivamente. Mientras la trama de sus textos se ubicaba inequívocamente en la ciudad del Liffey. Exiliados, Dublineses, el Retrato del Artista Adolescente, Ulysses e incluso el Finnegans, están absolutamente vinculados a Dublín y empapados de las aguas de su río.
Obviamente, la ciudad también reconoce al resto de grandes escritores de la isla. Una de las esquinas de Merrion Square acoge una extraña estatua coloreada de Oscar Wilde, quien entre 1855 y 1878 vivió, cruzada la calle, en el edificio de la esquina. También en Merrion Square sigue de pie Georges Bernard Shaw. Patrick Kavanagh está sentado frente a las aguas del Grand Canal. Y Jonathan Swift yace bajo una losa policroma en el interior de la Catedral de San Patricio.
© J.L.Nicolas
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