El Mejor del Ulster
Lo llamaron el quinto Beatle, pero no era músico. Tocaba las pelotas, pero generalmente solo lo hacía con los pies. Y dicen que, acorde con su nombre, fue el mejor futbolista de todos los tiempos que el mundo había visto. Por otra parte fue el único ídolo de los años sesenta que compartieron en el Ulster tanto católicos como protestantes.
Hijo de Dickie Best y Amy Whiters, George Best, nacido en mayo de 1946, creció en el distrito de Cregagh, al este de Belfast. En una de sus primeras fotografías, tomada en casa de sus abuelos, aparece con un balón en los pies cuando tenía poco más de un año. A los once empezó a jugar mientras estudiaba en la escuela de Lisnasharragh y a los quince fue descubierto por Bob Bishop quien se puso en contacto con el Manchester United. Bishop telegrafió al manager, Matt Busby, señalando: “He encontrado un genio”. Best debutó a los diecisiete en Old Trafford contra el West Bromwich Albion y permanecería asociado a los red devils para siempre, aunque en sus últimos años de profesional pasara por otros equipos. Best era rápido, regateaba con una extraordinaria habilidad a sus contrarios y marcaba goles. El primero en la liga oficial lo conseguía el 28 de diciembre de 1964 contra el Burnley FC. Al año siguiente, en su segunda temporada con el Manchester y a sus 18 años obtuvo el título de la Liga Inglesa, éxito que repetiría dos años más tarde. Ese espectacular 1967, junto a la Liga, el Manchester se alzó con la Copa Europea tras superar en la final al Benfica por 4 a 1, y Best, con veinte años se coronó mejor futbolista de la temporada con el Balón de Oro y Jugador del Año por la Asociación inglesa de periodistas deportivos. A lo largo de la década Best participó con el Manchester en 466 partidos en los que marcó 178 goles y fue alineado en treinta y siete ocasiones con la selección de Irlanda del Norte.
George Best proporcionaba titulares a la prensa deportiva, pero también lo hacía en la prensa sensacionalista y del corazón. Al margen de su carrera deportiva, el futbolista de Belfast, jugaba en otra liga más mundana. A finales de los sesenta abrió dos pubs en Manchester: Oscar’s y Slacks’s Alice, y participó en algunos negocios vinculados al mundo de la moda. Por otra parte era sobradamente conocida su afición a los coches caros y su apreció por las mujeres, amén de su pasión por la bebida. Todo ello le acabaría pasando factura y, en 1974, a los 27 años abandonó el club de su vida, el Manchester United.
A partir de entonces y hasta 1983 su actividad relacionada con el futbol pasó por otros clubs ingleses y foráneos: el sudafricano Jewish Guild, el irlandés Cork Celtic, el Fulham, el Hibernian, el Bournemouth y los Brisbane Lions. En Estados Unidos jugó con Los Angeles Aztecs, Fort Lauderdale Strikers, San Jose Earthquakes y los Detroit Express. Los brillantes años con el United ya quedaban lejos.
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© J.L.Nicolas