La Suela de un Zapato
Hay una pieza curiosa en el Museo Nacional de Fiyi, en Suva, su capital. Se trata simplemente de la suela de un zapato. Sí, la suela de un zapato. Y ese es un elemento fuera de lo común para un museo, por su rareza. En general los museos, quizá a excepción de los del calzado o los del vestido, no suelen exhibir este tipo de piezas. La frase hecha es más duro que la suela de un zapato puede resumir y justificar la presencia de la reliquia.
Esta en concreto perteneció al reverendo Thomas Baker. Procedente de Essex, en Inglaterra, el misionero dirigió la Misión Metodista de la London Missionary Society en Davuilevu. Durante un viaje de proselitismo a la aldea de Nabutautau, el domingo 21 de julio de 1867, Baker cometió el error de tocar la cabeza al jefe de la tribu, un acto que era tabú. La suela del zapato es cuanto quedó de su persona y atuendo una vez bien cocido el conjunto. Curiosamente en la tienda del propio museo se pueden adquirir una especie de tenedores tallados en madera, que representan, a modo de facsímil, los que empleaban entonces para comer carne humana. Tienen cuatro punzones, como los nuestros. La diferencia estriba en que no están dispuestos en paralelo como a los que estamos habituados, sino que forman una doble fila de a dos. Compré un par que conservo nuevos. Todavía no los he utilizado.
© J.L.Nicolas