Las Puertas de Colonia
Colonia dispuso, desde tiempos de Roma, de unas recias murallas para asegurar la defensa de la ciudad. Posteriormente, en época medieval, se levantaron nuevas murallas y puertas para franquearlas, algunas de estas han llegado hasta nuestros días.
Entre los siglos I y III, la ciudad romana a orillas del Rin, en los límites del Imperio, levantó murallas para protegerse en una frontera cada vez más inestable. Aquel primer anillo defensivo fue ampliado en varias ocasiones hasta doblar la extensión de sus muros sobre el año 1180. La primera ampliación se llevó a cabo tras las visitas de los piratas vikingos que navegaron con sus drakkars remontando las aguas del Rin. Saquearon Colonia en el año 862 y, otra vez, en el 882. La ciudad reforzó las murallas romanas en el año 950 y, de nuevo y ahora abarcando una área mayor, en los años 1106 y 1180, cuando ya la habitaban unas cuarenta mil personas. En esta última ampliación, la de 1180, la muralla disponía de doce puertas, cincuenta y dos torres de defensa y veintidós fortificaciones. En época prusiana se remodelaron las murallas y se añadieron algunas fortalezas de las que aún se conservan las de la antigua universidad y la del barrio de Agnesviertel. Pero ya a finales de siglo, la muralla era un estorbo para el crecimiento de la ciudad y, en 1880, empezaron a ser demolidas.
Un fragmento del cuadro Martyrium der heiligen Ursula vor der Stadt Köln (el Martirio de Santa Úrsula en Colonia) del Maestro de la Pequeña Pasión pintado en 1411 y expuesto en el Wallraf-Richartz Museum de la ciudad, muestra las murallas y las puertas encaradas hacia el Rin. Un plano más moderno, el publicado en 1800 en Londres por John Stockdale, señala todavía las dieciséis puertas de la urbe renana. En una fotografía tomada en 1880 o 1881 se aprecian los primeros trabajos de demolición de la muralla con una inscripción en la que se lee: Alt-Köln Die erste Bresche in der alten Stadtmauer am Gereonshof, der Anfag zur Stadterweiterung 1880. (Colonia antigua. La primera brecha en la antigua muralla de la ciudad en Gereonshof, el comienzo de la expansión de la ciudad en 1880.)
Actualmente el perímetro que tuvo la muralla medieval aún se puede recorrer en algún tramo, donde se preservó algún fragmento de lienzo, por ejemplo a lo largo de Hansaring o de Sachsenring, vías perimetrales del casco antiguo. De las antiguas murallas romanas se pueden ver fragmentos en el Römisch Germanisches Museum, Museo Germánico Romano, cerca de la catedral. Se calcula que esta tenía unos cuatro quilómetros, con nueve accesos y diecinueve torres semicirculares.
Por lo que respecta a las puertas de las murallas, de las doce que tuvo la ciudad medieval se han conservado tres: al norte la de Eigelsteintor, al oeste la de Hahnentor y, al sur, la de Severinstor. La primera, la Eigelsteintor, fue abierta con la tercera ampliación de la ciudad, en el siglo XII, sustituyendo a otra anterior que estaba situada a un centenar de metros. Está protegida por dos grandes torreones circulares rematados con almenas y por encima del arco apuntado de acceso hay una balaustrada de madera cubierta que no aparece en una fotografía de la puerta tomada en el año 1880. Su nombre proviene de los ornamentos en forma de piña de las lápidas de la antigua necrópolis romana, un símbolo de inmortalidad que a los habitantes de la ciudad les parecieron bellotas de piedra, Eicheln aus Stein. Durante la ocupación francesa fue conocida como Porte de l’Aigle, puerta del águila. Vista desde el interior, por la otra fachada, el cuerpo superior presenta, en dos pisos, cuatro ventanas geminadas inscritas en sendos arcos de medio punto; a la izquierda del arco, en un n icho, se encuentra la escultura que representa al Kölsche Boor, el granjero de Colonia que lleva las llaves y el escudo de armas de la ciudad con la águila bicéfala.
En Rudolfplatz, al oeste de la ciudad, la puerta de Hahnentor es muy similar a la anterior, aunque fue construida en torno a un siglo más tarde, sigue la misma estructura de arco apuntado flanqueado por dos grandes torres almenadas. Por aquí entraban los reyes para dirigirse a la catedral tras ser coronados en Aquisgrán. Hahnentor también fue utilizada como prisión y aquí, en el año 1877, fue inaugurada la primera línea de tranvía, cuando estos aun eran tirados por caballos.
En la Chlodwigplatz de Altstadt Süd, en la ruta que se dirigía hacia Bonn, está la puerta meridional, la Severinstor, junto a un pequeño tramo de muralla. Construida en la primera mitad del siglo XIII, destaca la gran torre central hexagonal de cuatro pisos con terraza almenada y flanqueada por dos torres menores cubiertas por un tejadillo poligonal. Cinco matacanes refuerzan el adarve que une las torres sobre el arco. Desde la parte trasera de la puerta se aprecian los tres pisos de la torre central, con dos ventanas en el primer piso y cuatro vanos de arco en cada uno de los otros dos niveles.
Junto al Rin se elevan tres torres que han quedado aisladas. La Treppenturm des Stapelhauses, entre la iglesia de Groß St Martin y el río. La torre, delgada y hexagonal, se eleva desde el año 1259 ante la plaza del mercado del pescado. Frente a otra iglesia, St Maria Lyskyrchen, se encuentra la Malakoffturm. Esta es muy posterior, se completó en el año 1855 para proteger con una batería la bocana de la dársena portuaria. Levantada en ladrillo rojo tiene una estructura de tres cuerpos, uno de ellos es una torre circular y otro, el más elevado, es una torre octogonal de dos pisos, ambas almenadas. Una placa en la base conmemora la ampliación del fuerte de finales del siglo XIX. Otra de las torres que se han preservado es la Bayernturm, se encuentra en la Bayernstrasse, un poco más al sur que la anterior, todas ellas se alzan junto a la ribera del río. La Bayernturm data del año 1220 y alcanza unos treinta y cinco metros de altura, tiene una base cuadrada de tres plantas a las que, posteriormente, se añadieron los dos pisos octogonales superiores rematados con almenas. Actualmente es la sede de la fundación FrauenMedia Turm.
Desde la Severinstor, siguiendo por el límite de la ciudad antigua, a lo largo de Sachsenring, pronto se llega a Ulrepforte, que también fue puerta medieval, a principios del siglo XIII, su elevada torre está coronada por una galería circular cubierta de madera, cerca de la entrada un guardia de bronce presta una eterna guardia. Poco más allá hay un largo tramo de muro cercado por dos torres de tejado cónico, es Kartauserwall, otra reliquia del pasado.
© J.L.Nicolas