Napier, la Ciudad Art Deco
Notas de fox-trot y de dixie fluyen a lo largo de las calles en un volumen cada vez más perceptible. Siguiéndolas se llega a una plazoleta en la que una banda que parece salida de alguna pequeña ciudad de Alabama o de Missouri se explaya arrancándolas de sus instrumentos. Las parejas danzan a su ritmo, ataviadas como si aún vivieran en los felices años veinte. Las fachadas de las casas que los circundan son acordes. Es Napier, Nueva Zelanda. La ciudad del Art Deco.
Cada año, a mediados de febrero y de julio, la capital de Hawkes Bay celebra su fin de semana Art Deco, donde, además del atuendo, un sinfín de vehículos de época circulan por las calles de la ciudad. En festejos públicos y privados, en bares y restaurantes, en las aceras de la calle, se respira el ambiente retro que lo impregna absolutamente todo. Damas con tocados emplumados y parasoles se sientan en las cafeterías junto a caballeros con tirantes y blancos sombreros de paja saboreando aperitivos añejos. Un tipo que se asemeja a un clásico gánster de Chicago y otro que parece el Gran Gatsby se apean de un lujoso Packard del 39.
El Art Deco tuvo su origen en Europa. Se empezó a forjar a principios del siglo XX y fue ampliamente difundido tras la Exposition des Arts Decoratifs et Industriels de Paris en 1925, donde se formó un grupo de artistas interesados en la nueva corriente de artes decorativas, de ahí Art Deco, que incorporaron elementos futuristas a conceptos provenientes del Art Nouveau. En Estados Unidos, su máxima expresión en la arquitectura está reflejada en el neoyorquino Chrysler Building.
© J.L.Nicolas