Sa Penya y Erwin Broner
Sa Penya no significa otra cosa que La Peña o La Roca. Corresponde al nombre de una barriada asomada al puerto de la ciudad de Ibiza. Aquí recaló, a mediados de los años cincuenta, el arquitecto Erwin Broner.
Desde el bastión de Santa Lucía o alternativamente desde el mirador de Jaime I, junto a la catedral, se aprecia perfectamente el trazado y el porqué del nombre de la vecindad, encajada entre las defensas renacentistas que diseñó en el siglo XVII otro arquitecto, este militar, Giovanni Battista Calvi, y el mar, que rodea ambos costados del promontorio rocoso que recuerda la proa de una nave. En su vertiente meridional hay una pequeña playa, la playa de Baix de Sa Penya. Ni siquiera hay una decena de calles, que recuerdan de algún modo a aquellas encaladas del Egeo y corren paralelas bajo la muralla, aunque no alcanzan la punta del promontorio. La de la Mare de Déu, y para que no haya dudas acerca de su nombre una pequeña hornacina guarda una imagen suya, se convierte en su extremo oriental en un pequeño mirador llamado plazoleta de Sa Torre, cuyo nombre recuerda que aquí existió una de las defensas del acceso al puerto. Los nombres de las calles son descriptivos y parecen adecuados: carrer de sa Pedrera, Vista Alegre, carrer Alt, Retir, carrer Fosc, Sa Riba - calle Alta, del Retiro, Oscura, de la Orilla -. Entre sus paredes asoman peque-pequeños balcones, ventanucos aislados, sobre sus blancas fachadas reverbera la luz del ocaso que prolonga las sombras. De cuando en cuando la cal cegadora se rompe con ocres sevillanos o con azules que parecen provenir de la misma Oia, en Santorini, rodeando los marcos de algunos umbrales. Hay escaleras que ascienden dubitativas entre calles que no comparten rasante y que, en ocasiones, ocultan sus peldaños tras recodos inesperados.
© J.L. Nicolas
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