Sobre un Puente, en una Noche de Niebla
Soy víctima de un chantaje. Alguien ha recordado la existencia de unas viejas fotografías de mi persona sobre las que no voy a pormenorizar. Pero la extorsión no ha obtenido el resultado esperado. Yo mismo conservo en mi poder viejas fotografías del chantajista que, aunque probablemente solo sirvan para recordarle que una vez fue joven, por lo menos pueden ser objeto de transacción.
Iniciamos el tradicional proceso de intercambio de mensajes para determinar el lugar donde debía realizarse el trueque. Las instrucciones para la entrega han llegado en un laberinto de palabras y de recuerdos. Finalmente se determinó que lo idóneo sería esperar a una noche en que la niebla fuese lo suficientemente densa como para ocultar las identidades presentes - las pasadas olvidadas y únicamente reflejadas en las fotografías y los recuerdos, las futuras aun por construir - y en un sitio que facilitara la huida en direcciones opuestas. Es decir: sobre un puente, en una noche de niebla.
Esperar a la niebla no sería difícil en un mes húmedo y frio como noviembre. Determinar el lugar conllevaría más complicaciones de las esperadas por el timador, quien poco ávido de desplazamientos no había calculado adecuadamente que no se han escatimado puentes en Venecia.
© J.L.Nicolas