Un Bastón Batak
Es la principal herramienta de los hechiceros Batak. Con él convoca la lluvia, el bienestar y la protección de su comunidad, aleja a los enemigos, es la panacea para casi todo. Lo llaman tunggal panaluan o tunggal malek o malehat. El bastón mágico del sacerdote.
Los Batak habían sido un pueblo guerrero y nómada, probablemente procedentes de Taiwan y Filipinas, que se asentaron en el lago Toba y en las regiones circundantes en el norte de Sumatra. Eran cazadores de cabezas y habían practicado el canibalismo hasta que a principios del siglo XIX fueron cristianizados por misioneros holandeses y alemanes. Son particulares sus viviendas de madera en forma de embarcación invertida soportadas sobre pilones. En cada casa habitaban varias familias compartiendo un corredor y un salón común. El frontal, un amplio saliente que se proyecta al vacío está decorado con motivos florales y geométricos, dibujos místicos y criaturas míticas de colores vivos, usualmente blanco, rojo y negro, coronado a menudo por la efigie de un búfalo, a veces incluso por la verdadera cornamenta del animal.
Los poblados Batak disponían de sus propios consejos de ancianos y de jefes responsables de supervisar las ceremonias y administrar justicia, como en el caso del poblado de Ambarita, en la isla de Samosir junto al lago Toba. En otros tiempos, se sentaban en Huta Siallagan, un patio de la aldea donde aun hay un grupo de sillas de piedra. Ante una mesa deliberaban. Poco más allá, sobre una losa ceremonial se ejecutaban los sacrificios humanos.
© J.L.Nicolas