Washington (Irving)
Partiendo de la plaza Nueva de Granada y ascendiendo por la cuesta de Gomérez, una vez pasada la puerta de las Granadas, subiendo aun un poco más, se llega al paseo del Generalife. Allí hay que parar unos segundos para recuperar el aliento. Al levantar la vista del suelo, a mano derecha, del otro lado de la calle, queda el hotel Washington Irving. Una ruina semiabandonada.
Un día no muy lejano, a finales de la década de los noventa, cerró sus puertas al público. Fue un bullicioso hotel de tres estrellas, con una inmejorable ubicación en el interior del recinto de la Alhambra. En tiempos mejores, durante las décadas de los sesenta y setenta, la clientela, mayormente norteamericana, hacía ir y venir a una treintena de empleados. En la antigua recepción pidieron acomodo el pintor Fortuny y la escritora estadounidense Helen Nicholson. Anteriormente, en ese mismo espacio, había existido una fonda desde el siglo XVII. Se llamaba de los Siete Suelos. Y se dice que allí fueron a alojarse buena parte de los autores románticos que visitaron Granada, entre ellos, en 1829, el propio escritor norteamericano que dio nombre al hotel, antes de que le fuera concedida autorización para pernoctar en los palacios nazaríes.
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© J.L.Nicolas